

Fin Karmico Pro Culturizacion de las Huestes Ignorantes - Introduccion al Mundo del Pensamiento Literario - Selecciones de cuentos, ensayos, pensamientos, notas y comentarios. de lectura facil y narracion envolvente... no hay excusa para no leer y conocerse a si mismo
El campesino, acuciado por el hambre, se adelanta resueltamente hacia su rival. El Maestro duda, desconcertado por la total ausencia de técnica de su adversario. Finalmente, retrocede movido por el miedo. Antes incluso del primer asalto, el maestro siente que será vencido. Baja su sable y dice:
-Usted es el vencedor. Por primera vez en mi vida he sido abatido. Entre todas las escuelas de sable, la mía es la más renombrada. Es conocida con el nombre de "La que en un solo gesto lleva diez mil golpes". ¿Puedo preguntarle, respetuosamente, el nombre de su escuela?
-La escuela del hambre -responde el campesino.
*Llama la atención en esta historia el choque Valor-Antivalor, más allá de la moraleja básica y más que obvia proporcionada.
El campesino hambriento, si bien movido por el amor, el hambre y la desesperación, no repara en su "IMPRUDENCIA"; ambiciona un fin valiéndose de un medio cuasi-utópico, quizá pretendiendo seducir a la suerte, o que un acaso milagroso le tiendise la mano. Por ende, el objetivo loable del campesino se desvirtua, permitiendo la primacia del disvalor.
En frente tenemos el valor encarnado, propio de los años de expertiz y sabiduría del maestro, de ahi el adagio "más sabe el Diablo, que por viejo que por Diablo"... su "PRUDENCIA", que lo abstuvo del obvio accionar, esto es, combatir al campesino, curvando el curso normal de los acontecimientos.
De esta manera, prefirió ser el instrumento del valor antes que el de sus posibles enemigos, inexistentes en el cuento. Empero, su valor tuvo un insospechado resultado... ser el milagro que esperaba el campesino.
En consecuencia, la moraleja que se desprende de esta cuento, es bastante difusa y contradictoria, entre el preambulo y el desenlace, ya que las conclusiones que inmediatamente surgen (soberbia humana causa de su fin) chocan con el propósito que mueve a sus personajes, todos carentes de moral.
Es la idea del pasado oscuro que nublaba su mente, que después de un arduo trabajo y “media vida” dejó atrás, al que las bestias pretenden hacerlo retornar. Con su ejemplo del rico-arruinado Dante exterioriza su estado de ánimo pesimista, que a su vez lo seduce para regresar al bosque oscuro.
Mientras que yo bajaba por la cuesta, 61
se me mostró delante de los ojos 62
alguien que, en su silencio, creí mudo. 63
Cuando vi a aquel en ese gran desierto 64
«Apiádate de mi ‑yo le grité‑, 65
seas quien seas, sombra a hombre vivo.» 66
Me dijo: «Hombre no soy, mas hombre fui, 67
y a mis padres dio cuna Lombardía 68
pues Mantua fue la patria de los dos. 69
Nací sub julio César, aunque tarde, 70
Virgilio nació en el 70 a.C. y murió en el 19 a.C. Nació, por tanto, en tiempos de Julio César (100‑44 a.C.), pero no fue del todo contemporáneo.
Virgilio fue conocido en la Edad Media sobre todo como autor de la Eneida, poema en que a través de la historia de Eneas se glorificaba a la ciudad de Roma y al emperador Augusto, por cuyo encargo la escribió. Como sabemos, Eneas fue un príncipe troyano que huyó de de Troya ("Ilión") destruida llevando a sus dioses tutelares y tras de un largo viaje por el Mediterráneo (en cuyo relato Virgilio imita la Odisea), llegó a la península Itálica, donde tras largas guerras con los habitantes de la misma, descritos según el modelo de la Ilíada, desposó con Lavinia (Infierno, III), dando así origen a la estirpe fundadora de Roma. La Eneida es una exaltación de la idea imperial, que con tanta fuerza abrazó el Dante de sus años últimos.
¿Por qué retornas a tan grande pena, 76
y no subes al monte deleitoso 77
que es principio y razón de toda dicha?» 78
« ¿Eres Virgilio, pues, y aquella fuente 79
de quien mana tal río de elocuencia? 80
‑respondí yo con frente avergonzada‑.81
Oh luz y honor de todos los poetas, 82
válgame el gran amor y el gran trabajo 83
que me han hecho estudiar tu gran volumen.84
Eres tú mi modelo y mi maestro; 85
el único eres tú de quien tomé 86
el bello estilo que me ha dado honra. 87