martes, 14 de octubre de 2008

Valor/Antivalor: Colisión con resultados inesperados

LA ESCUELA DEL HAMBRE
Anónimo Japonés


Un campesino que no tenía con qué alimentar a su familla se acuerda de la costumbre que promete una fuerte recompensa al que sea capaz de desafiar y vencer al maestro de una escuela de sable.
Aunque no había tocado un arma en su vida, el campesino desafía al maestro más famoso de la región. El día fijado, delante de un publico numeroso, los dos hombres se enfrentan. El campesino, sin mostrarse nada impresionado por la reputación de su adversario, lo espera a pie firme, mientras que el maestro de sable estaba un poco turbado por tal determinación.
"¿Quién será este hombre?", piensa. "Jamás ningún villano hubiera tenido el valor de desafiarme. ¿No será una trampa de mis enemigos?"

El campesino, acuciado por el hambre, se adelanta resueltamente hacia su rival. El Maestro duda, desconcertado por la total ausencia de técnica de su adversario. Finalmente, retrocede movido por el miedo. Antes incluso del primer asalto, el maestro siente que será vencido. Baja su sable y dice:

-Usted es el vencedor. Por primera vez en mi vida he sido abatido. Entre todas las escuelas de sable, la mía es la más renombrada. Es conocida con el nombre de "La que en un solo gesto lleva diez mil golpes". ¿Puedo preguntarle, respetuosamente, el nombre de su escuela?

-La escuela del hambre -responde el campesino.

*Llama la atención en esta historia el choque Valor-Antivalor, más allá de la moraleja básica y más que obvia proporcionada.

El campesino hambriento, si bien movido por el amor, el hambre y la desesperación, no repara en su "IMPRUDENCIA"; ambiciona un fin valiéndose de un medio cuasi-utópico, quizá pretendiendo seducir a la suerte, o que un acaso milagroso le tiendise la mano. Por ende, el objetivo loable del campesino se desvirtua, permitiendo la primacia del disvalor.

En frente tenemos el valor encarnado, propio de los años de expertiz y sabiduría del maestro, de ahi el adagio "más sabe el Diablo, que por viejo que por Diablo"... su "PRUDENCIA", que lo abstuvo del obvio accionar, esto es, combatir al campesino, curvando el curso normal de los acontecimientos.

De esta manera, prefirió ser el instrumento del valor antes que el de sus posibles enemigos, inexistentes en el cuento. Empero, su valor tuvo un insospechado resultado... ser el milagro que esperaba el campesino.

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